Roland tomó el rostro de Alicia y, posando sus labios sobre los de la muchacha, espiró en su boca el aire que había reservado para ella, Alicia aspiró el aire de sus labios y apretó con fuerza las manos de Roland, unida a él en aquel
beso de salvación.
Aquella fue la última vez que Alicia vio a Roland.
El príncipe de la niebla - Carlos Ruiz Zafón
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