Dejas la ventana abierta aún con el aire frío entrando por ella y te tumbas bajo las sabanas con él, lo abrazas para que te de calor, apoyas tu cabeza en su pecho y te vuelves a dormir hasta tres o cuatro horas más tarde, te despiertas y notas sus labios rozando los tuyos con la intención de despertarte de una forma tan tierna como sexy.
lunes, 31 de octubre de 2011
Una mañana...
Dejas la ventana abierta aún con el aire frío entrando por ella y te tumbas bajo las sabanas con él, lo abrazas para que te de calor, apoyas tu cabeza en su pecho y te vuelves a dormir hasta tres o cuatro horas más tarde, te despiertas y notas sus labios rozando los tuyos con la intención de despertarte de una forma tan tierna como sexy.
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