lunes, 10 de octubre de 2011

Largo camino

Acabo de tener una idea.
Sí además es una gran idea.

Cogeré una chaqueta, una mochila, mi paraguas rosa, me pondré las botas más cómodas de mi armario, unos vaqueros ajustados y una camiseta elegida al azar. En mi mochila meteré pedazos de recuerdos que no quiero olvidar, meteré algo de dinero, una foto de las personas importantes de mi vida y un libro para entretenerme quizás, dejaré una nota sobre la mesa que diga: "A quien lo lea, me he ido para no volver en un tiempo, o quizá no vuelva nunca. Atentamente" y firmaré.

Saldré de casa, no sé lo que me espera ahí a fuera pero, iré a investigarlo, caminaré por la carretera en busca de encontrar el por qué de las cosas, incluso arriesgaré mi vida, pero, aún sabiéndolo yo no me doy por vencida.
Encuentro un pequeño pueblo allí a lo lejos entre los altos árboles de un bosque otoñal y me acerco, la gente me recibe muy bien y encuentro un hogar donde pasar la fría noche de otoño, llueve, miro a través de la ventana del cuarto donde me han dejado pasar la noche y pienso, pienso en los pros y los contras de volver a mi anterior hogar.

La vida que me espera en este pequeño y apartado lugar me intriga, no me extrañaría que nadie de mi anterior vida me volviese a ver. No me preocupa lo más mínimo, tengo la certeza de que aquellos que formaron parte de mi vida estarán bien, una llamada de vez en cuando o ni siquiera eso, así me olvidarán por completo y seré por fin quien soy de verdad.

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